La Edad de Oro de la Iglesia del Señor Jesucristo
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La Edad de Oro de la Iglesia del Señor Jesucristo
Rev. William Soto Santiago
03 de Agosto de 1995
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Es para mí un privilegio muy grande estar con
ustedes en esta ocasión para saludarlos, conocerlos, pedirle a Dios Sus
bendiciones sobre cada uno de ustedes, y tener compañerismo alrededor de la
Palabra de Dios.
Quiero leer en el libro del profeta Daniel,
en el capítulo 2, verso 31 en adelante, donde nos dice así el profeta Daniel:
“Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran
imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba
en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.
La cabeza de esta imagen era de oro fino; su
pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce;
sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de
hierro y en parte de barro cocido.
Estabas mirando, hasta que una piedra fue
cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro
cocido, y los desmenuzó.
Entonces fueron desmenuzados también el
hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de
las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro
alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó
toda la tierra.
Este es el sueño; también la interpretación
de él diremos en presencia del rey Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el
Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.
Y dondequiera que habitan hijos de hombres,
bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha
dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de
oro.
Y después de ti se levantará otro reino
inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre
toda la tierra.
Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y
como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará
todo.
Y lo que viste de los pies y los dedos, en
parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido;
mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado
con barro cocido.
Y por ser los dedos de los pies en parte de
hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte
frágil.
Así como viste el hierro mezclado con barro,
se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el
otro, como el hierro no se mezcla con el barro.
Y en los días de estos reyes el Dios del
cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a
otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá
para siempre,
de la manera que viste que del monte fue
cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el
barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de
acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.”
Que Dios bendiga Su Palabra en nuestros
corazones y nos permita entenderla.
Nuestro tema para esta ocasión es: “LA
EDAD DE ORO,” o sea, la Cabeza de oro. Ahora, nos vamos a referir
principalmente a la edad de oro de la Iglesia del Señor Jesucristo. “LA EDAD
DE ORO DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO.”
En esta lectura que tuvimos nos habla del
reino de los gentiles, el cual comenzó con el rey Nabucodonosor, este imperio o
reino de los gentiles fue mostrado al rey Nabucodonosor en una estatua, en una
imagen que tenía la cabeza de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre y
los muslos de bronce, y las piernas de hierro y los pies de hierro y de barro
cocido; en esa forma Dios tipificó o representó el reino de los gentiles desde
su comienzo en el tiempo del rey Nabucodonosor, hasta el fin del tiempo, en
donde el imperio o reino de los gentiles se ha de consolidar.
Ahora, para poder entender lo que estará
pasando en nuestro tiempo, demos un vistazo por estos reinos o etapas del reino
de los gentiles en donde cuatro grandes imperios se manifestarían, el imperio
de los gentiles o reino de los gentiles pasando por cuatro etapas, la cuarta
etapa tiene dos partes.
Ahora, comenzó con la cabeza de oro y ese fue
el imperio del rey Nabucodonosor; luego la segunda etapa del reino de los
gentiles fue el imperio Medo-persa, allá en Media y Persia; luego la tercera etapa
fue la parte o el imperio de Grecia, y la cuarta parte el imperio romano. Ese
imperio de los Césares, el cual fue representado en las piernas de hierro, y
luego nos habla de los pies de hierro y de barro cocido, lo cual será el mismo
imperio romano representado en el hierro de las piernas y luego representado en
el hierro de los pies; pero en la etapa de los pies estará unido al barro, pero
no se fundirán, o sea que será una unión por medio de alianzas humanas, de
tratados humanos, de tratados internacionales, los cuales para el fin del
tiempo se llevarán a cabo plenamente: y esa etapa de los pies de hierro y de
barro cocido corresponde al fin del tiempo.
La parte de las piernas de hierro fue el
imperio romano, el cual encontramos que era el imperio que estaba en los
tiempos de Juan el Bautista y de Jesús de Nazaret y de los apóstoles del Señor
Jesucristo. Ese imperio encontramos que estaba gobernando sobre el pueblo
hebreo también. El pueblo hebreo no podía sentenciar a nadie a muerte y
matarlo, porque el imperio romano era el único que lo podía hacer; por esa
causa fue que, bajo el imperio romano, Jesucristo fue crucificado por aquellos
soldados romanos a petición del pueblo hebreo, del sumo sacerdote, del Sanedrín
y los sacerdotes de aquel tiempo, los cuales pidieron a Pilato la muerte de
Cristo y les fue concedida esa petición.
Por lo tanto, no solamente el pueblo hebreo
se manchó las manos con la sangre de un inocente, Jesús de Nazaret, sino que
también el imperio romano. El pueblo hebreo dijo: “Su sangre sea sobre nosotros
y sobre nuestros hijos,” o sea que pidieron algo muy terrible para ellos, y no
solamente para ellos, sino para sus hijos también; o sea pidieron que la
responsabilidad de la muerte de Cristo, del derramamiento de la sangre de Cristo,
fuera demandada de manos de ellos y de su descendencia, de sus hijos, y por
cuanto Cristo era inocente la sangre de un inocente fue demandada del pueblo
hebreo.
Y por esa causa todos aquellos juicios
divinos que vinieron sobre el pueblo hebreo con la destrucción de Jerusalén por
el general romano Tito, ahí encontramos que Dios está demandando la sangre del
Justo Jesús de manos del pueblo hebreo, allá en la ciudad de Jerusalén, y luego
continuaron los problemas para el pueblo hebreo, juicio tras juicio, calamidades
tras calamidades, hasta que más adelante, Hitler, Mussolini y Stalin
persiguieron al pueblo hebreo, y por poco los acaban. ¿Por qué? Porque la
sangre de Cristo estaba siendo demandada también de mano de los hijos de
aquellos que pidieron la muerte de Jesucristo.
Así como fue demandada de ellos en el año 70,
y luego de ese tiempo también, y aun antes de ese tiempo, también sobre los
hijos de aquellos que pidieron la muerte de Cristo fue demandada la sangre de
Cristo, y por esa causa el pueblo hebreo ha sufrido tanto sin saber por qué le
han venido esas calamidades. Es que la sangre del justo Jesús ha estado siendo
demandada por medio del pueblo hebreo por medio de aquellos que pidieron la
muerte de Cristo y de sus hijos de sus descendientes, y por esa causa es que
hemos visto todos estos problemas que han tenido el pueblo hebreo.
Ahora Dios también ha demandado y demandará
la sangre de Cristo de mano del imperio romano, de mano del hierro, que es el
imperio romano, fue también demandada en el tiempo del imperio romano y fue
destruido ese imperio, pero ese imperio en el fin del tiempo encontramos que
estará restaurado completamente en el reino del anticristo en donde diez reyes
le darán su poder y su autoridad a la bestia, que son esos diez dedos de los
pies de la imagen de la estatua que vio el rey Nabucodonosor. Pero la Escritura
dice que Cristo destruirá al anticristo, Jesucristo destruirá al hombre de
pecado y a su imperio, conforme a las escrituras.
San Pablo en Segunda de Tesalonicenses, capítulo
2, dice que lo hará, y en Apocalipsis, capítulo 17, verso 11 en adelante, nos
muestra cómo Cristo destruirá el reino de la bestia y cómo destruiría a la
bestia, dice Apocalipsis, capítulo 17, verso 11:
“La bestia que era, y no es, es también el
octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.
Y los diez cuernos que has visto, son diez
reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad
como reyes juntamente con la bestia.
Estos tienen un mismo propósito, y entregarán
su poder y su autoridad a la bestia.
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los
vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él
son llamados y elegidos y fieles.”
Los que están ¿con quién? Con Cristo, el
Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19. Ahora sigue diciendo:
“Y los diez cuernos que viste en la bestia,
éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus
carnes, y la quemarán con fuego;
porque Dios ha puesto en sus corazones el
ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta
que se cumplan las palabras de Dios.
Y la mujer que has visto es la gran ciudad
que reina sobre los reyes de la tierra.”
O sea, la gran ramera, como nos dice también
en Apocalipsis, capítulo… vamos a ver dónde es que nos
dice, Apocalipsis, capítulo 17, verso 5, ahí es que nos dice que es:
“…y en su frente un nombre escrito, un
misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES
DE LA TIERRA.”
Ahora, podemos ver la forma en que Cristo
destruirá al anticristo, cómo Cristo destruirá el reino de la bestia, y cómo
será destruida y quemada conforme a la Escritura. Dice también Apocalipsis,
capítulo 18, verso… vamos a ver, verso 4 en adelante, dice:
“Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de
ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis
parte de sus plagas;
porque sus pecados han llegado hasta el
cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.
Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle
doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a
ella el doble.
Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en
deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy
sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto;
por lo cual en un solo día vendrán sus
plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es
Dios el Señor, que la juzga.”
Eso es fuego atómico para la destrucción de
la bestia, la destrucción del reino del anticristo, la destrucción de la gran
ramera que viene sobre esa bestia.
Ahora, ese reino de la bestia es mencionado
como Babilonia porque es el mismo reino de los gentiles, el mismo imperio de
los gentiles que comenzó en Babilonia con el rey Nabucodonosor como la cabeza,
y por cuanto comenzó en Babilonia, siendo imperio babilónico, lleva ese nombre
de Babilonia todo el tiempo, aunque esté en diferentes etapas. Y cuando llega a
la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, sigue siendo el imperio babilónico
que ha pasado por diferentes etapas, y por eso lo menciona como Babilonia la
madre de las rameras, Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones
de la Tierra.
Pero vean ustedes, en el fin del tiempo se
encontrará en los pies de hierro y de barro cocido en donde los diez reyes que
aparecen ahí, representados en los diez dedos, le darán su poder y su autoridad
a la bestia, son esos diez cuernos que tiene la bestia. Vean allá en Daniel son
representados esos reyes en los dedos, los diez dedos de los pies; y ahora acá
en Apocalipsis, son representados en los diez cuernos que tiene la bestia,
porque su significado es el mismo; aquí en el Apocalipsis nos da más luz de
todo lo que fue revelado al profeta Daniel.
Ahora dice:
“Y en los días de estos reyes el Dios del
cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a
otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá
para siempre,
de la manera que viste que del monte fue cortada
una piedra, no con mano…”
Esa piedra es la Segunda Venida de Cristo. Él
es la Piedra no cortada de manos, Él es la Piedra de Ángulo que los
edificadores desecharon, la cual ha venido a ser cabeza del Ángulo como dice la
Escritura. Fue desechado Cristo, la Piedra Angular, por los edificadores, los
sacerdotes, el Sanedrín, el Concilio del Sanedrín, y el sumo sacerdote que eran
los edificadores del pueblo hebreo en el campo religioso y también con
influencia en el campo político también.
Así que, podemos ver que esa Piedra no
cortada de manos es Cristo en Su segunda venida como Rey de reyes y Señor de
señores. Por eso es que cuando en Apocalipsis presenta
el enfrentamiento de Cristo y la bestia, dice que la bestia con esos diez
reyes, le hará guerra a Cristo, al que monta el caballo de Apocalipsis,
capítulo 19, verso 11 al 21. Ahora dice: “Pero el Cordero los vencerá,” porque
Él es Señor de señores y Rey de reyes, o sea, cuando ocurre este enfrentamiento
Jesucristo, que es el Cordero de Dios, ha cambiado a León de la Tribu de Judá,
a Rey de reyes y Señor de señores, y obtiene Cristo la victoria en contra de la
bestia y de los diez reyes que le han dado el poder a la bestia.
Para Cristo y Su Iglesia, encontramos que lo
que es la etapa de los pies de hierro y de barro cocido para el reino de los
gentiles, en el Reino de Dios, en la Iglesia del Señor Jesucristo, encontramos
que para ese tiempo la Iglesia del Señor Jesucristo estará en la edad de la
cabeza de oro del Reino de Dios; pero el reino de los gentiles estará en los
pies de hierro y de barro cocido, en la etapa en que serán desmenuzados esos
pies de hierro y de barro cocido. Pero el Reino de Dios, el Reino de los
Cielos, dice que esa Piedra crecerá, y se hará un gran monte, mostrando que en
los días de estos reyes el Dios de los Cielos levantará un Reino eterno el cual
estará en este planeta Tierra. Dice: “La piedra que hirió a la imagen en los
pies de hierro y de barro cocido (dice) creció, y se hizo un gran monte, un
gran reino.” Y luego tendremos el glorioso Reino milenial , ese glorioso
Reino que será la Edad de Oro para esta humanidad, será la Edad de Oro en el
Programa divino para la raza humana porque tendremos en la Tierra el Reino de
Dios establecido para que se haga la voluntad de Dios, así como en el Cielo,
también aquí en la Tierra.
Cristo dijo: “Ustedes oren así (y una de las
cosas que dijo es): Venga Tu Reino, hágase Tu voluntad, así como en el Cielo
aquí en la Tierra.” Y durante el Reino milenial
estará la voluntad de Dios siendo hecha aquí en la Tierra, y toda persona
estará sujeta a ese glorioso Reino de Dios en donde Cristo estará sentado sobre
el Trono de David reinando sobre las doce tribus de Israel y sobre todas las
naciones. Y con Él estará Su gabinete que son los escogidos, Su Iglesia, Su
Iglesia del Nuevo Testamento, y también estará la Iglesia del Antiguo
Testamento, o sea, estarán los escogidos del Antiguo Testamento: Abraham,
Isaac, Jacob, todos ellos estarán en ese glorioso Reino milenial.
Y este planeta Tierra tendrá el glorioso
Reino de Cristo, que será la Edad de Oro para todas las naciones, así como para
el pueblo hebreo el reinado de David y de Salomón fue la época de oro, la época
dorada, la edad de oro para el pueblo hebreo de todas las etapas en que el
pueblo hebreo tuvo reyes, y ahora para el mundo entero, para todas las naciones
y para el pueblo hebreo, la edad dorada, la Edad de Oro será el glorioso Reino milenial de Cristo, esa temporada, esos mil años en donde
habrá paz, las armas para la guerra serán convertidas en herramientas, en
instrumentos de trabajo, para el progreso de la raza humana. Dice la Escritura
que hasta el desierto florecerá, y habrá Amor divino en el corazón de la gente
siendo manifestado, habrá confraternidad de los unos con los otros, y no habrá
guerras, o sea que tendremos una Edad de Oro, mil años de paz sobre la Tierra,
lo cual nunca ha sucedido en este planeta Tierra desde que el ser humano cayó.
Y nosotros estaremos allí con Cristo como Su
gabinete, el gabinete de ese Reino seremos nosotros, o sea, la Iglesia del Señor
Jesucristo. Por eso es que el profeta Daniel nos dice
en el capítulo 7 y verso 4 de la siguiente manera, aquí nos habla del imperio
de Nabucodonosor, ya esto es la cabeza de oro, ahora
vamos a ver aquí el glorioso Reino de Cristo,
capítulo 7, verso 9 en adelante, dice:
“Estuve mirando hasta que fueron puestos
tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y
el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.
Un río de fuego procedía y salía de delante
de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante
de él…”
Los millares son la Iglesia del Señor
Jesucristo, los cuales se sientan en esos tronos que son colocados allí. Ahora
dice:
“…el Juez se sentó, y los libros fueron
abiertos.
Yo entonces miraba a causa del sonido de las
grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y
su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.”
Ahora habíamos visto en Apocalipsis, capítulo
16, y capitulo 17 y capitulo 18, que la bestia será matada y será quemada,
porque el reino del anticristo y el anticristo serán destruidos y quemados con
fuego atómico, por medio de bombas atómicas. Ahora sigue diciendo:
“Habían también quitado a las otras bestias
su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí
con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el
Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Y le fue dado dominio, gloria y reino, para
que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio
eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
Se me turbó el espíritu a mí, Daniel, en
medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me asombraron.
Me acerqué a uno de los que asistían, y le
pregunté la verdad acerca de todo esto. Y me habló, y me hizo conocer la
interpretación de las cosas.
Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes
que se levantarán en la tierra.
Después recibirán el reino los santos del
Altísimo (esa es la Iglesia del
Señor Jesucristo la que recibirá el Reino), y poseerán el reino hasta el
siglo, eternamente y para siempre (o sea por el Milenio y por toda la
eternidad).”
Encontramos que esto es lo que estará
sucediendo en este tiempo final. Por esa causa, San Pablo nos dice que nosotros
hemos recibido un reino inconmovible, ese es el glorioso Reino de Dios, el
Reino de los Cielos; y será luego entregado el Reino de este planeta Tierra a
los santos del Altísimo. Como dice también Apocalipsis, capítulo 11, y veamos
aquí el verso 15, dice:
“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo
grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de
nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.”
O sea que el Reino de este planeta Tierra, de
este mundo, será entregado o será otorgado a nuestro Señor Jesucristo luego del
reinado de la bestia, del anticristo que terminará durante la gran tribulación.
Y luego de la gran tribulación, el reino estará perteneciendo a Cristo y a Sus
escogidos, a los santos, que son los miembros de la Iglesia del Señor
Jesucristo, pues dice que Cristo, el Cordero, nos redimió con Su Sangre, nos
lavó de todos nuestros pecados, y nos hizo para nuestro Dios reyes y
sacerdotes, y reinaremos con Cristo mil años y luego por toda la eternidad.
O sea que, aunque nosotros estamos viviendo
en esta Tierra y no tenemos una posición importante en el o los reinos de este
mundo, con todo y eso, nosotros tenemos la posición
más importante que ser humano pueda tener, no en el reino de los gentiles, no
en el reino o en los reinos de este mundo, sino en el Reino de nuestro Señor
Jesucristo; y esa es la posición que tiene valor, porque es para el Milenio y
para toda la eternidad. Aunque ninguno haya sido gobernante en su país, de su
nación, en el glorioso Reino milenial seremos reyes y
sacerdotes, o sea que tendremos la posición más alta que un ser humano puede
tener en el Milenio y luego por la eternidad.
Y ese glorioso Reino milenial
será la Edad de Oro para la raza humana, en donde la Tierra será llena del
conocimiento de la Gloria de Jehová, porque la parte más importante de ese
Reino es el conocimiento de Dios, para que todos conozcan a Dios. Como dice el
profeta Zacarías en el capítulo 14, verso 9 en adelante, dice: “Y en aquel día
Jehová será uno y uno Su Nombre. Y en aquel día Jehová será Rey sobre toda la
Tierra.” Y dice también: “Y todos me conocerán.”
Así que habrá un conocimiento pleno de las
cosas de Dios, habrá un conocimiento pleno de quién es Dios y cuál es Su
Programa correspondiente a ese tiempo, y también conoceremos la historia de la
raza humana del pasado, veremos, entenderemos todo lo que sucedió en cada
tiempo; o sea que habrá una enseñanza completa de Dios y Su Programa
correspondiente al Reino milenial y de Su programa
que Él llevó a cabo en edades y dispensaciones anteriores al Reino milenial, porque el glorioso Reino milenial
será la Edad de Oro, la época dorada para la raza humana.
Ahora, para la Iglesia del Señor Jesucristo
también será la época dorada, la Edad de Oro, la cabeza de oro, que representa
el Reino de Cristo en ese Programa divino con Su Iglesia, pues Su Iglesia
comenzó de abajo hacia arriba, de los pies hacia la cabeza; y ahora la Iglesia
del Señor Jesucristo en la actualidad se encuentra en la Edad de la Piedra
Angular, que es la Edad de Oro, la edad dorada para la Iglesia del Señor
Jesucristo en el campo espiritual; y de ahí se materializará el glorioso Reino milenial para producir la época de oro del glorioso Reino
de nuestro Señor Jesucristo, para Su Iglesia, para el pueblo hebreo y para
todas las naciones.
Ahora estamos en la época o Edad de Oro como
edad de la Iglesia gentil, no como reino de este mundo, porque el mundo está en
la época de los pies de hierro y de barro cocido, en la parte final del reino
de los gentiles. Pero la Iglesia del Señor Jesucristo como edad está en la Edad
de la Piedra Angular, que es la Edad de Oro, para luego producirse en este
planeta Tierra la Edad de Oro como Reino, establecido en la Tierra para reinar
sobre Israel y sobre todas las naciones.
Así que, una cosa es lo espiritual y otra
cosa es lo físico, lo cual lo tendremos en el Reino milenial.
Ahora estamos en el campo espiritual, en la
Edad de Oro de la Iglesia del Señor Jesucristo, y en el Reino milenial la Iglesia del Señor Jesucristo estará en la Edad
de Oro como Reino en esta Tierra que será establecido y que gobernará sobre todas
las naciones, porque el Reino será entregado a los santos del Altísimo. Y los
santos del Altísimo, la Iglesia del Señor, gobernará con Cristo sobre todas las
naciones, y habrá prosperidad, habrá bendición del Cielo, y todo lo que será
hecho por Cristo y Su Iglesia será prosperado en todo. Por eso habrá
prosperidad, porque Cristo como José es el hijo de prosperidad y Su Reino será
un Reino de prosperidad. Y para el planeta Tierra será la Edad de Oro, y para
la Iglesia del Señor Jesucristo como Reino aquí terrenal, aquí en la Tierra,
también será la Edad de Oro, pero en lo espiritual la Edad de Oro es la Edad de
la Piedra Angular.
“LA EDAD DE ORO DE LA IGLESIA DEL SEÑOR
JESUCRISTO.”
Que Jesucristo, el Ángel del Pacto, les
continúe bendiciendo y materialice en cada uno de ustedes y en mí también las
bendiciones de la Edad de Oro de Su Iglesia, y se materialice todo lo que Él ha
prometido para Su Iglesia, para este tiempo final, para el Milenio y para toda
la eternidad, se materialice en cada uno de ustedes y en mí también.
Ha sido para mí un placer, un privilegio
grande estar con ustedes en esta noche hablándoles sobre este tema: “LA EDAD DE
ORO DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO.”
Muchas gracias por vuestra amable atención, y
pasen todas muy buenas noches. Ya nos veremos en la próxima actividad, que será
muy cerca y que ya hay algunos allá esperando y otros están aquí, los cuales,
pues, estarán también allá escuchando la próxima conferencia la cual le pedimos
a Dios que nos dé para esta próxima actividad.
Que Dios les bendiga, que Dios les guarde, y
con nosotros Rigoberto Osorio para terminar nuestra parte en esta noche. Dios
les bendiga.
“LA EDAD DE ORO DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO.”
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